Este domingo me he desayunado con un ilustrativo artículo de mi admirado Eduardo Punset que lleva el título de este post. La verdad es que llevaba tiempo queriendo compartir con vosotros la importancia de cuidar nuestro equilibrio psicológico, nuestra mundo interior y emocional, donde confluyen muchas veces sentimientos complejos y en ocasiones contradictorios. Así una vez más un equipo de ciéntificos de una Universidad muy importante, han confirmado que para nuestro cerebro humano las necesidades fisiológicas (comer, beber...) no son más urgentes que las emocionales (por ejemplo sentirse amado). Y que el cerebro utiliza el mismo sistema neurológico para abordar privaciones y recompensas físicas y recompensas morales. Después de tan esclarecedora lectura, comprenderéis que me he tomado el domingo para alimentar todo mi lado emocional: después de pasear con mi hija y mi sobrina, mi marido me ha tomado el relevo y me he dado un paseo terapéutico magnífico de hora y medio, donde he andado a ritmo rápido al lado de un riachuelo y de un montón de camelios en flor, y donde después de un invierno inmisericorde para los que necesitamos tanto la luz del sol, me he reconciliado con mi entorno: olor a hierba fresca, a tierra mojada, y rayos de sol que poco a poco fueron calentando mi enmohecido corazón. Y quiero compartir con vosotros lo importantes que son para mi estos paseos, en que mi mente unas veces disfruta del presente más inmediato sin ir más allá, otras veces disfruto de mi música preferida en los cascos (mi amiga Raquel de "Magisterio" me ha pasado un disco de Lisa Ekdahl que es una auténtica delicia y con el que por momentos vuelo como una mariposa. Gracias niña), del ejercicio físico, de la respiración, del dejarme llevar....y cuando llevo aproximadamente veinte insignificantes minutos de paseo: me siento feliz, tranquila, nueva...y como si de magia auténtica se tratara las tensiones físicas o la tristeza desaparecen, se diluyen y es como si recuperase lo más esencial de mi. Hace años tomé conciencia de lo importante que era la actividad física para mi, concretamente nadar...pero todos sabemos que muchas veces en la vida no es fácil la combinación de tiempo-horarios-prioridades-voluntad de- y un montón de cosas más que nos parecen más importantes y poco a poco nos olvidamos de cuidarnos,.Yo he vuelto a recuperar estos pequeños espacios con una o dos caminatas semanales, y quería compartirlo con vosotros. En realidad no se requiere mucho tiempo, eso sí, se requiere la consciencia de que ese momento es únicamente por y para vosotros porque lo merecéis.
La caminata terminó con una ducha calentita y con una comida supe-rrica con la que me esperaba mi marido Luis. Y con una siesta dominguera donde soñé con los ángeles!!!
Por la tarde hicimos por primera vez las orejas de Carnaval con la receta de la abuela Maruja y aunque todavía hay que perfeccionarlas...para ser las primeras no están nada pero que nada mal (prometemos foto de este momento, y receta correspondiente)
Y ya por último ya sabéis que me pirra el cine, el buen cine y quiero hacer dos recomendaciones:
- La película japonesa: "Despedidas" de Yojiro Takita (gracias Ana ha sido todo un regalo) no quiero dar ninguna pista....pero ha desportado fuertes emociones en mi.
- La película argentina: El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella y protagonizada por un estupendo Ricardo Darín.
¿Y qué más???? Qué sí...lo sé, tengo muy abandonado este diario personal de bitácora...pero me está costando encontrar ese huequecillo para hacerlo...se me ocurren muchas cosas...pero si no pongo un post ese mismo día...pronto vienen cosas nuevas y se me superponen ideas....al final...bueno, pienso: no agobiarse y con calma!!!
Espero que mi receta emocional pueda ayudar o animar a alguien, sé que el invierno y los problemas de la vida son duros emocionalmente para muchas personas....la próxima receta será culinaria: las orejas de Carnaval (en Galicia: Entroido)
Bicos moitos a todos
Y un poco de música no vendría mal: ¿bailamos un bolero agarraditos? yo lo voy a bailar con mi alma??
11 comentarios:
Carmen, cuantísimo tiempo sin leerte.
El cuerpo puede doler muchísimo, pero el alma es la que más duele porque sus heridas no son visibles y en cambio pueden acompañarnos durante toda nuestra vida.
Tu plan suena fantástico, aunque yo no soy muy amante de la naturaleza. Mi tarde perfecta es en casa, leyendo un buen libro y tomándome un chocolate. Y mi bata y mis zapatillas.
Me gusta esa intimidad que tienes con tu marido, para mí eso es la felicidad absoluta y lo más placentero después de toda una semana de esfuerzo. Intimidad.
Besos, Carmen. Espero seguir leyéndote aunque sea de tarde en tarde.
Mari!!
Duele el alma mucho más, claro, y a veces hace que somaticemos y las emociones se conviertan en males físicos, pero...
¡me ha encantado leer esa dosis de buen rollo y ganas de hacer cosas!
Yo estoy a mil, cada vez con más cosas...Agenda a tope, pero muy contenta, que es de lo que se trata...
Te hago un regalo de invierno, ¡diplomada!
1, 2, 3...
¡música, maestras!
http://www.youtube.com/watch?v=ZqGkMtEvxIY&feature=channel
PD. El jueves 18 de marzo repetimos en La Taquilla. A ver si esta vez puedes...
Besinos
Hola Mª Carmen, tus post son escasos, pero siempre plenos y súper satisfactorios.
Respondiendo a la pregunta que haces, lo tengo clarísimo: El alma duele millones de veces más que el dolor físico más atroz. Es más duradero, y como dice Shirat, puede incluso durar toda una vida. Con un dolor físico, estás mal, pero si el alma la tienes plena, no te duele tanto. Además, puede curarse o darle algún narcótico para calmar el dolor. El alma no se puede curar, solo si acaso, cicatrizar, y las cicatrices del alma son terribles.
Me ha encantado ese paseo tan refrescante y relajante que nos has dado junto al riachuelo, has conseguido que con solo leerte me haya relajardo yo!
Un beso!
Pues yo no tengo el corazón enmohecido. Con este tiempo que tuvimos todos estos meses tengo enmohecido hasta el cerebelo.
Respecto al otro tema (y teniendo en cuenta que le tengo un poquitín de manía a Punset...), no sé muy bien que opinión tengo. El dolor físico, a veces, es insufrible e inevitable. El dolor del alma es duro, pero muchas veces tiene remedio ,o nosotros mismos nos lo provocamos o buscamos. Además el dolor físico puede acarrearnos dolores en el alma, sufrimiento e impotencia por algo que es irremediable y no está en nuestra manos. No sé, es difícil que me entiendas lo que te quiero decir :(.
En fin, que me alegro de que hayas disfrutado del paseo. Es un magnífico momento. A mi tambien me sientan genial.
Yo para cuidar mi interior, hoy aprovechando el día del espectador, me voy a ver a George Cluny al cine con Angeles. Lo malo es el interior de tu hermano que se queda con los baños, cenas y cuentos de los dos churumbelillos....
Shirat, que gusto verte!!! gracias por tus comentarios (confieso que tengo un muy buen compañero de viaje...no imagino mi vida sin él).
Por cierto a mi también me gusta el plan zapatillas y abrigadita, con un buen libro y el chocolate (ummmmmmmm ni te cuento).
Lu! como pueda mañana me escapo a la Taquilla a oiros tocar(me muero de ganas), eso sí tengo que buscar un callejero...porque estoy un poco desfasada y no sé por donde anda (si puedo llamo a Pablo para que me acompañe!!). Vas a tener ahí dos fans a muerte.
Blas!!! Difícil dar respuesta a esta pregunta verdad??? yo creo que cuerpo y alma están muy interconectados, y que ahy que tratar de prestar atención a los dos ámbitos.
Ana!!! Muy buen plan sí señor (por mi hermano no te preocupes...hoy por ti y mañana por mi, y el también necesitará sus momentos!!). De la película aunque ya la vi, no te digo nada...pero seguro que pasas un momento estupendo con tu amiga Angeles.
Respecto a Punset, supongo que hay diversas opiniones, la profesora mejor que tenido (Teresa de psicología...te acuerdas LU??), nos hablaba constantemente de sus artículos y sobre su programa REDES en TVE en que los mejores científicos y estudiosos en el mundo de la psicología y psiquiatria eran invitados a explicar los resultados de sus estudios tras años de investigación: míticos programas: el cerebro del bebé; el ritmo de la vida; el alma en el cerebro, educación emocional, aprendiendo a ser feliz....y otros de divulgación ciéntifica. Para cualquiera que este interesado el programa tiene su propia página web.
Quizá el mayor mérito de este abogado y economista ha sido trascribir y transmitir al público el saber de estos estudiosos que son un referente en el mundo de la ciencia.
Bueno menudo rollo me he echado: Bicos a todas!!!
El dolor del alma, cuando es de verdad, te cruje hasta los huesos, te destroza el estómago, y te quiebra la cabeza. Así que te diría que van juntitos de la mano.
Me ha encantado ese paseo que acabo de darme contigo. Y El secret... es increíble. La he visto dos veces y todavía la veré un par de veces más. La otra la tengo en el ordenador esperando el clima adecuado.
¡¡Encantada de tu vuelta!!
Comentario telegráfico= a mucho que decir + poco tiempo.
el dolor del alma puede ser muy duro también. y a veces es dificil encontrar su origen, porque la mente humana es muy complicada y tiene muchos entresijos. a veces un buen paseo, como tú bien dices mari carmen, o un café con un amigo, puede ser la mejor terapia.
Qué alegría leerte, cielete!!! Y cuánta razón tienes... deberíamos prestarle más atención a nuestra parte espiritual, psicológica... a nuestra alma. Yo creo sin lugar a dudas que no existe una línea divisoria clara entre alma y cuerpo, y cuántas veces lo hemos visto: enfermedades provocadas o agravadas por la mente... el poder que tenemos en nuestro interior es grandísimo y debenmos aprender a utilizarlo.
Los paseos de los que hablas son maravillosos, y el tiempo... parece que no, pero a mi me influye muchisimo... que salga un día de sol radiante parece que a todos nos pone de mejor humor verdad?
Bueno, que me ha encantado tu entrada. Muchos besos y a continuar con esos paseos maravillosos.
Sin duda... duele mas el alma y esas heridas tardan mas en cicatrizar e incluso a veces siguen abiertas toda la vida...
Como a ti, tambien me gusta caminar por el campo, por la ciudad, por la playa, acompañada o a solas, tener ese tiempo para pensar, escuchar musica, respirar, sentir... es bueno para el cuerpo y para el alma.
Bsts
Sin duda duele más el alma; esas heridas tardan mucho más en cicatrizar y al no ser visibles a veces la gente que te rodea no las acaba de entender y eso, si cabe, duele más.
Uff este post viene en un momento en que me duele bastante el alma, que casualidad ;)
Me alegro de leerte otra vez.
Te mando un beso enorme
MUACKKKK
cómo me gusta este post!!! y mi Luz de remate...
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