Y durante estas fiestas, inmersos en todo el follón de la mudanza, hemos intentado hacer un hueco siempre para pasarlo bien. Las calles como siempre invitaban a ello, con espectáculos de calle en cada esquina. Os pongo unas fotos de esta pareja de malabaristas que nos encantaron por sus piruetas, su alegría y la música de fondo que sonaba a la del circo de toda la vida. Los niños estaban totalmente hipnotizados con ellos.
Nuevos aires para el dorado martiano
Hace 4 años
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