Este año, llegamos a
Beneso realmente necesitados de vacaciones y de cargar las pilas. La mía estaba como la de los móviles cuando se quedan sin señal, y como efectos colaterales tenía un cansancio que ni con pequeñas siestas después de comer lograba paliar, éso sumado a un estado de tristeza-melancolía, y un estado irritable de no aguantarme ni yo. Lógicamente no hablaré de los síntomas de los demás (que también los tenían) que bastante tengo yo con los míos. Me propuse y nos propusimos
DESCONECTAR, y uno de los primeros pasos para ello era que no sonaran los ya referidos móviles. Yo lo tenía por el día en modo silencio, y así podría contestar cuando a mi me venía bien a las llamadas importantes (es decir la familia más estricta, y un grupo muy reducido de amigos), para todos los demás no existía. Este gesto tan sencillo, yo creo que ha sido clave para iniciar el "proceso de desconexión", a los 3 ó 4 días de estar en esta aldea, desayunando en pijama fuera, comiendo, entrando y saliendo, leyendo debajo de la parra (este año tenemos hasta un banco balancín), estábamos como nuevos....Eso sumado a unos buenos baños en la playa (el agua estaba
buenísima)...
bufffffffff no se puede pedir más. Con dos
biquinis y dos trapitos estoy solucionando mi vestimenta, y qué maravilla no tener que preocuparse de que me pongo hoy, cómo me combino para que parezca que llevo algo distinto, y no tener que maquillarme para estar más presentable.
Los síntomas de tanta relajación no tardaron también en salir a la luz, abrazos sorpresa, desayunos y risas por la mañana, siestas de dos horas, paseos sin prisas y sin dirección, mimos, y más mimos que en éstos dos últimos meses parecía que se nos habían olvidado (en realidad no es que se nos olvidaran, pero andábamos tan cansados, que la poca energía que nos quedaba, iba totalmente destinada a nuestra hija Laura), así que para nosotros como pareja no quedaba prácticamente nada más que los rituales básicos amorosos.
Otro factor clave en nuestra desconexión, está siendo venir mentalizados totalmente de la climatología nuestra; Julio ha sido un mes superlluvioso, así que nos dijimos: si llueve: dormimos, leemos, vemos películas, y hacemos alguna escapadilla a nuestro piso de Santiago que con el cuento de la mudanza nos quedaron flecos sin terminar (todavía tengo el trastero lleno de cajas pendientes de ser colocadas); si hace sol: playa y playa, y si no hace sol: caminatas, excursiones, y vivir sin prisas que ahí no es nada!. Esta entrada la hago porque hemos hecho una escapada a Santiago,(en la aldea no tengo Internet, así que tengo un poco de monillo) porque se ha puesto a llover, pero espero en cuestión de un día volver a Beneso. Así que ya os iré contando...pero por ahora, ahí estamos disfrutando de verdad estas merecidas vacaciones.
Bicos a todos
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