lunes, 18 de agosto de 2008

Una noche de hospital

En pleno disfrute de vacaciones, he hecho una pequeña parada en el Hospital Clínico de Santiago para pasar una noche acompañando a mi prima,que está luchando hasta el último minuto contra una de las plagas de este siglo, y cuyo nombre asusta nombrar, sí es un cáncer. Ajenos como estamos por ahora, a este mundo de la enfermedad, los que por ahora "aparentemente estamos sanos", inmersos como nos hallamos en nuestras pequeñas o grandes ambiciones, en nuestras prisas, en nuestra búsqueda de la quimera de la felicidad, nos olvidamos muchas veces, por lo menos yo, de que sólo en unos instantes todo nuestro mundo puede pegar un giro de 360 grados, y todo aquello que parecía tan importante, tan urgente, ocupará el sitio que quizá debiera haber tenido siempre, es decir secundario, o muchas veces terciario. Sí, también sé que uno no se puede autoflagelar con lo que pudiera ocurrir, porque nos convertiríamos en unos hipocondríacos impenitentes e insufribles al más mínimo síntoma. Pero también es verdad, es que el estar cerca de la enfermedad, me hace reflexionar sobre el sentido de la vida. La importancia que tiene en nuestras vidas el plano afectivo es sin dudarlo crucial. Ante una situación tan dura y dolorosa, tan rematadamente cruel e injusta, la entereza y la dignidad con la que se encara el día a día, sólo se explica como me decía por el cariño que recibe de todos los que la queremos, y en especial de su marido e hijos, que han hecho una piña compacta entorno a ella, de cariño, cariño y más cariño.
Ignoro como se enfrentará a todo esto una persona que carezca de esta riqueza de sustrato emocional, que por las circunstancias que sean, se encuentre en este trayecto del camino sólo.
Me gustaría pensar que la mayoría de la gente buena cuenta con una mano amiga y una palabra de aliento.
Y pienso mientras vuelvo al trasiego de mi día a día,que invertir en cariño a plazo fijo, sin dudarlo es lo mejor que se puede hacer en esta vida.

3 comentarios:

Susana dijo...

Si, encontrarnos con la muerte, con la enfermedad, siempre nos hace replantearnos muchas cosas y es que muchas veces vivimos de espaldas al sufrimiento.
Me ha gustado mucho tu reflexión, me quedo con tu última frase, es para masticarla bien despacio.
"Invertir en cariño a plazo fijo,es lo mejor que se puede hacer en esta vida".
Gracias por ayudarme a pararme y a apreciar lo que tengo.

mamiago dijo...

sí, es un trago duro... pero con cariño todo va mejor

Jorge Vilela dijo...

Hola Mari Carmen: Soy Jorge (sin bigote).El Lunes nos encontramos (Teté y el menda) con tu hermano en un centro comercial del polígono Costa Vella y estuvimos hablando, de lo divino y de lo humano.Los recuerdos se agolpan y en ocasiones se atropellan, pero quiero quedarme solo con los felices momentos compartidos.Siento muchisimo lo de tu prima, ya me lo comentó Santi. ¿Por qué carallo nos estropeamos la vida con gilipolleces ?. Me reafirmo en que el hombre es el animal más estúpido que existe sobre este valupeado planeta. Dale un fuerte abrazo a tus primos. A ver si tengo un momento y le llamo a Enrique.
Muchos bks.... también de Teté, Belén y Diego.